FUNDACIÓN: 25 Septiembre 2004
COMPONENTES: Mario, Ángel Egipcio, Jose Maestro, Miguel, Lospi TP, Pitu, Orzowei, Cuchi, Pabli, Piolo, Rubén, Paco SanFran, Alberto, Javi Penúltimo, Averia, Natur, Javi Tiko, Juanca-ncellara, Ángel GC, Luis Prieto, Barna, Ismael, Fran, Oli, Pedro Fisio, Jara, Paco Schleck, Ubardo, Cristofer, Paquito, Aniceto e hijo, Fran QL, Manu, Paco Vasco, Jorge, Laure, David GC, Dorado, Habanero, Nene y todo aquel aficionado a la " mountain bike " que quiera serlo.

MARQUESINA EN MOVIMIENTO

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martes, 26 de enero de 2010

BARNA VA A TRABAJAR!!!!!!!!!!!!!!!!!! solo era eso

CRÓNICA 23 ENERO 2010 by Ismael





Con el permiso del cronista oficial; JaviPenúltimo, y considerando que no pudo asistir a la ruta del pasado sábado, me he tomado la libertad de hacer una pequeña crónica de esta ruta.
Con una impuntualidad moderada y con buen tiempo (contra todo pronóstico), salimos de en cá Mario; Barna, Cuchi, Javi Avería, Javi Tikodoko, Juanca Pedidos, Lospi, Mario, Natur Raúl, Rubén y yo. A un ritmo bastante tranquilo llegamos hasta el puente del río Ortiga donde giramos en dirección “donde derrapa la mujer”. En este tramo la velocidad fue aumentando y algunos empezamos a tener problemas para poder seguir el ritmo. Lospi, aún lesionado optó por hacer una ruta más corta por lo que fuimos nueve los que llegamos a “donde derrapa la mujer”. Una vez allí, en lugar de girar a la derecha y subir hasta el cruce de los cuatro caminos (tal y como habíamos planeado), aún no sé por qué, seguimos hasta el río y tras comprobar que no había manera de cruzarlo nos metimos campo a través por el barro, subiendo y bajando piedras y saltando alguna valla. El camino era muy bonito aunque ralentizó bastante el ritmo del grupo. Todo iba bien hasta que en uno de los repechos a Rubén se le rompió la cadena. Entre unos y otros enseguida juntaron diversas herramientas, eslabones y otros útiles para su reparación, mientras que los menos doctos en la materia poníamos cara de tontos viendo cómo se las ingeniaban para repararlo y pensando lo mal que lo pasaríamos si nos ocurriera a nosotros, primero porque no tenemos herramientas y segundo, porque aunque las tuviéramos no sabríamos qué hacer con ellas. A pesar de los intentos, sólo se pudo hacer un “apaño” que le permitiera volver hacia atrás y Cuchi amablemente se ofreció para acompañarle.
Ya andábamos mal de tiempo y si queríamos cumplir con el principal objetivo (avituallamiento final el la Croissantería 88) debíamos acortar la ruta, por lo que decidimos suprimir la subida a Magacela. Campo a través llegamos al camino que nos llevaría hasta las Minas del Lobo. Menos embarrado que la semana anterior, se fue a buen ritmo dando lugar a buenas bajadas en las zonas de piedras. En el tramo que va desde las Minas hasta el Puente de la Antigua se dieron –a mi entender-los mejores momentos ya que se bajó muy rápido, con curvas espectaculares, adelantamientos… Desde el puente de la Antigua cogimos un bonito camino hasta La Haba, especialmente en su primer tramo ya que atravesaba verdes de encinares y algún cortijo que despertó la envidia y la imaginación de más de uno que imaginó en alto las mil y una fiestas y posibilidades... En este tramo el ritmo también fue alto y alguno empezó a acusar los efectos de los cubatas del día anterior, mientras que otros se dedicaban a rodar rozando el manillar del resto, provocando alguna que otra queja y también alguna represalia en forma de frenazo que provocó por decirlo de alguna manera… “un pedazo morreo” rueda con rueda que dejó blanco del susto al susodicho. Llegamos a La Haba algo desperdigados y aunque íbamos a volver por carretera para evitar la arcilla roja del camino, atravesamos el pueblo en busca de una fuente en la que poder repostar agua. En un alarde de agilidad, Juanca Pedidos supo callejear con soltura esquivando con elegancia y bravura todo vehículo aparcado, perro callejero y señora que venía de la compra que se cruzaba en su camino, llegando el primero a la fuente.
Ya en la carretera y tras un par de kilómetros de extraña tranquilidad en grupo, Javi Avería, Mario y Natur Raúl pusieron un fuerte ritmo que el resto fuimos incapaces de aguantar. El grupo se fue rompiendo y aunque creo que no llegaron a esprintar, a la rotonda de La Haba llegaron destacados los tres ya citados, bastante más atrás llegué yo, inmediatamente después Javi Tikodiko y algo mas retrasados aunque no demasiado Barna y Juanca Pedidos, que al parecer, dicen por ahí que al incrementarse el ritmo en carretera Juanca al verse algo justo le dijo a Barna que tirara sólo hacia delante pero que aunque Barna amablemente se ofreció a acompañarle, las sonrisas de uno y otro indicaban que tal ofrecimiento lejos de un gesto altruista, respondía más a que las fuerzas eran ya algo justitas.
Antes de las 13:00 la ruta se dio por concluida en la Croissantería 88.

viernes, 15 de enero de 2010

BAÑO TURCO A LA CATALANA ("El hundimiento").

En un baño turco el bañista primero entra en una sala caliente, el cuerpo empieza a sudar hasta que la acción del vapor se mantenga el nivel de sudoración. Después se toma un baño frío para que el cuerpo vuelva a la temperatura normal. Pero en un baño turco "a la catalana" el procedimiento es a la inversa: el bañista se levanta temprano en una mañana fría, quizás la más fría del año. Coge su bici y, en compañía de otros ciclistas, va en busca de un charco, el charco más hondo que haya, pues tiene que engullir bicicleta y ciclista. Una vez localizado, se dirige hacia él con disimulo, pero con decisión de cruzarlo, hasta que la fuerza del agua le impida continuar pedaleando. Cuanto más tiempo se permanezca dentro del charco, más efectiva será la zambullida. A continuación el bañista-ciclista se incorpora con el cuerpo congelado, la ropa mojada, la cadena desengrasada, pero la moral intacta. Más de cuarenta kilómetros por delante para secarse, dos cervezas para calentarse y una ducha final en casa para relajarse. ¿Alguien quiere probar?
El mes de diciembre había terminado lloviendo y en lo que llevamos de enero sólo había dejado de llover diez minutos antes del inicio de la Cabalgata de Reyes. Charco, barro, arroyos y ríos crecidos iban a condicionar nuestra ruta. El objetivo era llegar a las Cataratas de la Merchana, pero no teníamos claro qué camino tomar. Ir por la ruta de los eucaliptos estaba descartado por el barro rojo de la bajada. Ir directos por carretera tampoco entusiasmaba. "Por aquí no, por allí tampoco", nos condujo a una alternativa nueva: Doña Blanca-"donde derrapa la mujer"-los caballos-carretera hasta cruzar puente y camino a la derecha. Lo demás como siempre.
Con este objetivo, partimos los que ese día no trabajábamos, los que no estábamos lesionados, los que no nos habíamos quedado dormidos, los que nos apetecía pasar frío.
Definitivamente se impone como segunda equipación, la de invierno, la chaqueta naranja, la "cachonda" (etxeonda) con distintos matices de colores: naranja fuerte -la normal-, naranja apagado -la de esta temporada-; naranja rojo fuerte -para los daltónicos-; naranja rojo subido -para los que no renuncian a ir conjuntados con su bici-; naranja-rojo-negro -que con varios lavaos puede aproximarse al naranja...En fin, todos conjuntados.
Las navidades, como siempre, hacen estragos en nuestra forma física. Sube la barriga, baja la forma física. Por lo tanto, tranquilos. Por delante, como ya va siendo habitual, Barna, con su característico pedaleo. Espalda recta, cabeza al frente elevada y rodillas ligeramente abiertas. De paseo por el campo. Sólo le falta el cesto de mimbre en el manillar para meter las flores, porque ir silbando ya lo hace. Es impactante la imagen de ver alguien pedalear con esa alegría, esa despreocupación y, de repente, desaparecer, hundido en más de medio metro de agua congelada. ¿Qué haces?. ¿Te ríes?. ¿Te metes con él en el charco por solidaridad?. ¿Haces un fuego, como en las películas para que se seque cuanto antes? !Noooooo!. Porque en las películas es una tía buenorra la que se quita la ropa y se cubre con una manta. Y éste no es el caso. Al final, te quedas parado, expectante... Lo normal es darse la vuelta. Pero ¿y si te está esperando tu mujer para ir de compras?, ¿y si te echa la bronca por llegar a casa empapado? Yo también hubiera continuado.
En poco tiempo llegamos al paso del río Ortigas que conduce a la trialera. Pero esta vez no íbamos a cruzarlo. Ni queríamos, ni podíamos. Iba bastante crecido. Nos metíamos en una zona donde no hay camino definido. No sabíamos qué nos íbamos a encontrar. Por dónde ir concretamente. Teníamos la referencia del río a la izquierda, alambradas a la derecha y al fondo las Minas del Lobo. En este triángulo nos divertimos, lo pasamos como niños. A más de uno se le escuchó cantar infantilmente, de esa forma que lo hacía Miliki ("nanaina, nanaina..."). Ahora subo un montículo; ahora bajo por una peña; o cruzo un arroyillo. Unos tiran por una vereda de ovejas a la derecha, otros se aproximan a la orilla por la izquierda. Nos encontramos más adelante, nos paramos. Saltamos una valla, saltamos otra... Y así una media hora tranquilos hasta llegar al camino que nos lleva a las chumberas.
Llegados a este punto, no teníamos claro si continuar por las chumberas camino de las cataratas o girar a la izquierda camino de las Minas del Lobo. Optamos por la segunda. Era temprano y no íbamos muy castigados. Entramos en una zona complicada. El camino de las Chumberas había sido un arroyo durante los días de lluvia y estaba lleno de piedras sueltas que dificultaba mantener la rueda de alante firme. Le tocó esta vez a Javi Tico Doco realizar un aterrizaje forzoso sin consecuencias. Esta vez no había charco.
Ya en la zona de los caballos paramos para reagruparnos. Aquí nos encontramos con los cuatro colegas de Don Benito que casualmente siempre encontramos están parados en algún cruce.-¿Dónde váis? nos preguntan. Fácil respuesta: a la Croisantería. Era lo único claro que teníamos desde que salimos: punto de salida el obradoiro, destino, la Croisantería. Otra cosa distinta era por dónde ir para llegar allí.
Con un ritmo bastante fuerte llegamos por fin a las Cataratas. Vaya caudal que llevaba el río. Paramos un buen rato para comer un poco y hacer fotos e, incluso un video que pasará a la historia de los documentales de naturaleza y que comienza narrando Mario así: "Estoy grabando señores. Nos dirigimos a las cataratas del Guadia...Guadamez de la Gaga..."
Con el objetivo cumplido, nos dirigimos a casa. Daba igual si había barro o si los arroyos iban crecidos. Era ya un poco tarde y había que ir directos. Camino de los eucaliptos nos encontramos con un pequeño obstáculo. Un arroyo que para cruzarlo en principio había que mojarse. De eso nada. Unas piedras grandes puestas por aquí, otras más allá y apoyarse en ellas con cuidado.
Después de tantos kilómetros con charcos y barro las bicis y nosotros mismos estábamos más o menos decentes. Hasta que llegamos a las pistas grises. Qué manera de soltar agua y barro fino. Nos pusimos guapos. Y guapas dejamos las sillas de la Croisantería. Al menos no había llovido, aunque alguno sí se había mojado.